Cuando terminó el año 2020, la gente estaba súper contenta. Efectivamente, había sido un año de mierda: muertos en las residencias, terror en los medios, encerramientos, toques de queda, etc.
Sin embargo, la nochevieja llegaba y todo aquello quedaría en el pasado… Remontaríamos la cuesta y se acabarían todos los males gracias a la vacuna.
Luego resultó que todo seguía siendo más o menos igual… Restricciones por todas partes, una más absurda que la otra, y un nuevo encerramiento siempre al acecho.
Ahora pasamos de año con el mismo entusiasmo… ¡F**king year 2021 game over! Como dice la publicidad de las salchichas estas (clic aquí para ver) que personalmente considero de muy mal gusto. Luego me enteré de que la misma campaña se hizo a finales del 2020…
Normal… si el problema no está en el año.
INMUNIZADO
Esta palabra resonó día y noche en los medios de comunicación. Producto de la ingeniería social —algunos incluso creían haber adquirido superpoderes— al igual que la palabra «garantizado», que por lo visto, atrae a la gente como un imán según los estudios de ventas.
Podría llenar entonces la clase diciendo «Defensa Personal Garantizada» sólo que sería una mentira: no hay garantías en una pelea callejera. Hay probabilidades —y mientras más entrenes mejor— pero existen tantos factores involucrados (alertabilidad, intención, habilidad, suerte, etc.) que no puedes asegurar nada.
Y al igual que no puedes prever el final de un altercado, en realidad poco puedes garantizar en la vida.
Lo mismo pasa con las amistades, el trabajo o la familia… La gente cambia y la persona que conociste ayer, puede ser irreconocible mañana o tan sólo desaparecer… Tú también puede que lo hagas pues nadie es inmune… y lo de inmunizado era tan sólo una estrategía de marketing.
Y aunque todo esto puede sonar negativo o desesperanzador, en realidad es una ocasión para preguntarse: ¿acaso es una razón para no tener pareja o amigos? ¿un motivo para quedarse encerrado y no arriesgarse a nada?
No, no debes dejar de hacer lo que quieres, por miedo a que acabe, a cómo acabe o a que acabes tú.
NADA QUE PERDER
El problema de aferrarte a algo, —que puede ser a tener siempre razón, a un objeto o a la vida misma— es que te haces esclavo de ello. No evolucionas porque no quieres saber nada… que contradiga tu posición.
Hoy en día, por ejemplo, la peña se aferra tanto a la vida, que deja de vivir… El «No iré a la cena de Navidad porque no quiero matar a la abuela» es tristemente común en estos días.
El año que viene todo irá mejor pensarás… Pero quizá la abuelita muera de tristeza y ya no esté para que la veas… o resulte que la onceava dosis no protege porque el virus ha mutado por décimonovena vez.
La gente se aferra tanto a la vida, que deja de vivir
Lo que debemos ver, es que una vida plena no depende del año, ni del gobierno de turno, ni de sus medidas: depende de ti.
Y que si no hay garantías en este mundo, entonces tampoco hay seguridad… Así que cambiar tu libertad por seguridad, no es buen negocio, pues estás dando mucho por nada.
Libérate de ese miedo irracional —¿o acaso hemos olvidado que morir es normal?— y pasa de lo políticamente correcto. Vive de forma plena tu vida… sin importar lo que piensen o digan los demás.
Aprendamos de aquellos que no tienen nada que perder —pues hasta el miedo han perdido— y de los cuales concluimos: No te aferres a nada y nada tendrás que perder (fácil de decir… pero lo primero es entenderlo).
Vive sin garantías, vive sin miedo.
Feliz 2022.
PD: Si quieres empezar el año sin miedo, ven a entrenar con nosotros reservando una clase aquí