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Tengo una amiga que tuvo dos varones. Un día le pregunté cómo se portaban los niños y su respuesta fue “La testosterona os vuelve imbéciles”.

Luego, puesto que tenía acceso a las cámaras de seguridad de la guardería —mantenía una obsesión un poco en plan Arkangel de la serie, no tan distópica, Black Mirror—, me enseñó un vídeo que atestiguaba en vivo, como su pequeño le pegaba a otro mientras le robaba los juguetes.

La madre dijo que le daba vergüenza, pero su sonrisa, a medio disimular, delataba cierto orgullo en que el hijo fuese el “victimario” y no la “víctima”.

En cualquier caso, aquella compañera tenía razón: uno de los principales motivos por los que los chicos no se comportan igual que las chicas, se debe a la testosterona.

VIOLENCIA Y TESTOSTERONA

Si vamos a lo que nos compete, los grupos más violentos —según estudios en occidente—, son los varones entre 15 y 25 años.

No parece casualidad que sean los años con mayor producción de testosterona entre los hombres.

Por otro lado, está comprobado que realizar algún arte marcial, deporte de contacto o lucha, aumenta la testosterona en los practicantes.

Practicar un arte marcial o deporte de lucha, aumenta la testosterona

Esto se debe a que tu cuerpo —que no distingue entre violencia real o simulada—, intuye que para sobrevivir, va a necesitar más de esta hormona y la genera automáticamente.

Es lo que se llama testosterona aguda. La cual suele desencadenarse cuando existe un estrés psicológico y físico extremo.

TESTOSTERONA AGUDA

Nuestro cuerpo genera testosterona en diferentes momentos, en función de su necesidad. Entre los motivos por los cuales produce la T aguda, están los siguientes:

• FUERZA EXPLOSIVA: Aumenta el reclutamiento de fibras rápidas. Con ello puedes realizar impactos, embestidas o empujones de mayor velocidad o potencia.
• TOLERANCIA AL DOLOR: La liberación de opioides naturales aumenta el umbral de resistencia al dolor. Ese es el motivo por el cual durante una pelea “no sientes nada” (pero luego estás hecho polvo).
• AUMENTO AGRESIVIDAD: Correlación con una mayor cantidad de contrataques o golpes retaliativos aunque se esté en desventaja.
• CONTROL DEL MIEDO: Disminuye el miedo a ser golpeado y existe menos probabilidad de retroceder ante una amenaza.

Como vemos, esta respuesta intensa enfocada al rendimiento inmediato, no se genera en vano: Su función contribuye significativamente para que prevalezcas en una pelea callejera.

AUMENTAR LA T AGUDA

Existen muchas formas de aumentar la testosterona. Ahora, para no salirnos demasiado del tema, sólo hablaremos de dos entrenamientos necesarios y complementarios.

1. ENTRENO DE ALTA INTENSIDAD: No mariconadas como la elíptica, la cinta o cualquier cardio prolongado, que en realidad disminuye tu testosterona. Ahora, no voy a entrar en detalles sobre qué ejercicios hacer o cómo, sin embargo, los estudios demuestran que hay tres tipos de entrenamientos ideales para nuestro propósito:

• Crossfit
• Kettlebell o pesa rusa
• Calistenia

Estos tres han demostrado ser mucho más eficientes por su solicitud de fibras rápidas, activación del tronco y estrés metabólico, que, por ejemplo, la hipertrofia tradicional.

El Crossfit, la calistenia o la Kettlebell producen más testosterona que la hipertrofia

Aunque personalmente me incline por la Kettlebell «hardstyle», por motivos que os contaré en un próximo articulo, básicamente cualquier ejercicio explosivo compuesto —que solicite varias articulaciones y grupos musculares a la vez—, cumplirá la tarea.

2. ENTRENO DE COMBATE: Sparring o pelea simulada realista. Las simulaciones de combate de alta presión (es decir, lo que hacemos en Combatives) condicionan cuerpo y mente para crear ese “pico” agudo que estamos buscando. No obstante, es crucial que este “intercambio” sea lo más breve posible: un combate largo —por ejemplo de MMA— puede elevar el cortisol, lo que contrarresta los efectos de la testosterona, y termina por agotar al luchador.

Por otro lado, el entrenamiento regular de técnicas o acondicionamiento de impactos —lo que llamamos “desarrollo” en clase— conlleva aumentos en la T reactiva, lo que mejora la fuerza, la técnica y la recuperación.

Finalmente, no debemos entrenar más de 3 o 4 veces por semana y evitar el alcohol en las 48 horas previas a un combate o entreno intenso. Para mantener el cortisol bajo y la testosterona alta, es fundamental huir del sobreentrenamiento y alcanzar una recuperación completa.

CONCLUSIÓN

Como hemos dicho antes, existen muchos métodos para aumentar la testosterona. Hoy hemos hablado exclusivamente de los que son relevantes para una pelea callejera entre otros.

Por otro lado, hoy en día, la clave está más en cómo no deteriorar tu testosterona, que en cómo aumentarla. Tu cuerpo es sabio y se encargará de crearla si le guías. Pero la testosterona tiene muchos enemigos, y si no los conoces puede que formen parte de tu día a día sin que lo sepas.

Por lo tanto, si quieres descubrir más formas de aumentar tu testosterona y lo más importante, cómo no destruirla, el próximo 6 de diciembre estaré dando una charla junto a otros camaradas —con todo lo que no te contará la IA—, sobre este y otros temas clave de nuestro interés.

Además, ese día impartiré una clase especial de combatives centrada en un escenario de supervivencia denominado “Corre. Lucha. Desaparece”, diseñado para aprender a reaccionar en situaciones críticas.

Si este evento resuena contigo, responde a este correo o contáctanos aquí para conocer más detalles. Las plazas son limitadas, así que reserva tu lugar cuanto antes y vive una experiencia que no olvidarás.

Gracias por leer.